El primer coche de la colección Le Garage 69, adquirido en 2006 a un dealer de clásicos de Oklahoma City.
Un Pagoda que se conduce con toda suavidad y confort de marcha. Arranca en frío y caliente con total fiabiliad y su conducción es un auténtico placer.
Un extraordinario Mercedes 280 SL full matching number nunca restaurado con un cuidado y mantenimiento exquisito. Los aficionados a los clásicos saben que el Pagoda es un modelo cada vez más codiciado y especialmente el modelo 280 cuenta con una preferencia adicional por sus seguidores. Para muchos propietarios es un coche para usar todos los días por su fiabiliad y comodidad. Este modelo. además cuenta con dirección asistida y aire acondicionado de serie, con un nivel de frío más que aceptable.
Actualmente hemos trabajado algunos aspectos mecánicos como la puesta a punto, limpieza de inyectores, control de emisiones, circuito de frenos y suspensión. Aprovechando esta revisión de mecánica, hemos decidido renovar la tapicera y moquetas manteniendo sus colores originales. Un pulido completo de su pintura original y la sustitución de algunas piezas cromadas han completado los trabajos de renovación de este Pagoda.
Esta Pagoda fue entregado a su primer propietario en Orland Park, Illinos, en Octubre de 1969. Guardamos toda la documentación orginal, documentos de comra y entrega y numerosas facturas de sus propietarios anteriores. Según nuestros registros,
Uno de los coches más representativos de Mercedes-Benz a través de su historia ha sido el W113. Uno de los cabrío más vistosos y casi diría perfecto en su ejecución, con unas líneas que son prácticamente inconfundibles, aún para alguien que no sea aficionado ni a los coches ni a la marca. En 2013 se cumplieron los 50 años de la serie Pagoda.
En 1963 Mercedes ya tenía el antecedente de los SL que tantas satisfacciones habían entregado, no solamente en competencias, sino también en cantidad de modelos vendidos. El 300 SL y 190 SL habían trascendido más allá, habían llegado mucho más lejos que cualquier otro modelo de Mercedes.
El Salón de Ginebra vió la aparición del 230 SL y de las sucesivas denominaciones de los Pagoda, un apelativo que recibía por la forma cóncava del techo que se asemejaba a una pagoda china. La producción de la primera serie duró cuatro años e integraba un seis cilindros de 2.3 litros que mantenía las características de la serie SL: la inyección mecánica Bosch, con cambio manual de 4 velocidades (ZF de 5 marchas como opcional) o automático de 4 marchas. Pero lo que llamaba verdaderamente la atención era el techo duro desmontable, que por su altura permitía que la cabina se llenara de luz. Por ello, la superficie acristalada era inusualmente grande para lo que se estilaba en la época.
Para 1966 la línea del SL se renovaba y daba paso al 250 SL, con una subida de cilindrada del motor de la generación anterior a 2,5 litros con la misma potencia, pero con más par motor. Hacia el final de su producción recibió otros cambios que lo modernizaban y lo ponían más a tono con los tiempos; por desgracia, desaparecían muchos accesorios cromados que ya iban siendo reemplazados por los de plástico y se adaptaba también a los primeros controles de emisiones, sobre todo en EEUU.